El otro día en el trabajo estuve pensado en la influencia que tiene el diseñador a la hora de realizar un proyecto web, mirándolo desde la perspectiva de un estudio pequeño donde no existen equipos multidisciplinares de arquitectos de la información, expertos en marketing, usabilidad, etc, sino habitualmente un diseñador y un programador. En una situación así, que el diseñador tenga en cuenta ciertas fases del proyecto, y no sólo la parte gráfica, puede aumentar considerablemente la calidad del resultado final, reducir el tiempo total de realización del proyecto, su coste, y darnos muchos menos quebraderos de cabeza.
Visto desde fuera, podría parecer que la fase de diseño (contando en esta fase la creación de un boceto gráfico y su posterior paso a HTML y CSS) no es tan decisiva, sobretodo pensando que muchas veces la fase de programación del sitio web se alarga más tiempo, y es la que le proporciona la programación y el contenido.
Pero, ¿con qué se va a enfrentar el usuario final? ¿Con un código php? ¿O con un sitio web -una interfaz- donde le dará igual cómo esté realizada, sólo qué va a hacer en ella?. Esto tiene que estar planteado antes que nada: qué información queremos trasmitir, qué busca el usuario, cómo darle la información de la mejor manera posible, etc.
Fijarse en esto, realizar un prototipo de bajo nivel [1] en los primeros momentos para contrastar con las ideas del cliente y dejar bien clara cuál va a ser la funcionalidad de la web, nos librará de malentendidos, y en definitiva de cambios y más cambios durante la posterior fase de programación.
Otro punto a tener en cuenta si el diseñador se encarga de la maquetación de la web, es cómo la realizamos. No es lo mismo una plantilla lógica y bien estructurada, a una maquetada de cualquier manera. Cosas como:
- Separación de estructura y contenido. Un diseño correctamente escrito en (x)HTML, con un marcado adecuado y una hoja de estilos que controle toda la presentación de la página, puede reducir enormemente el tiempo que pasaremos realizando las futuras modificaciones que nos pida el cliente (siempre las hay). Sobre todo cuando el sitio es grande.
- Accesibilidad. Si el cliente nos exige un cierto nivel de accesibilidad (por ejemplo si es una administración, o es un cliente inglés bajo la DDA), tener en cuenta ciertos aspectos desde un primer momento puede hacer que cumplir los objetivos marcados sea tarea simple. Tanto a la hora de diseñar como de maquetar. La situación contraria puede convertirse en una odisea, alargando enormemente la finalización del proyecto.
Al final, esto se parece a la paradoja que se estudia en Diseño Industrial: Quien arroja la sombra más larga (who cast the biggest shadow). Según Design for Manufacture, Munro & Associates, 1994 (dato obtenido en Why Study Design Methods), vemos la relación entre influencia en el producto final frente al coste total de cada parte del proyecto:
INFLUENCE | COST | |
---|---|---|
PRODUCT DESIGN | 70% | 5% |
MATERIAL | 20% | 50% |
LABOUR | 5% | 15% |
OVERHEAD | 5% | 30% |
TOTAL | 100% | 100% |
Como vemos, aunque el diseño sólo implique un 5% del coste total, su influencia en el global del proyecto es enorme (un 70%). En diseño web nos pasa algo similar. Una interfaz gráfica mal enfocada, o simplemente creada para puro lucimiento del autor sin tener encuenta el uso que se le debe dar a la misma, puede tirar por tierra un excelente trabajo posterior de programación, generación de contenidos, posicionamiento en buscadores, etc. Está en nuestras manos evitarlo.
[1] Ver definición en: La Experiencia del Usuario Albeto Knapp (coordinador), Anaya Multimedia, pag. 57 (texto de Luis Sotillos)
O en inglés: definición de prototipo