Tenía que llegar. Primer día de camping del FIB, y primera tormenta de verano. Es algo que casi todos los años pasa. O cae un agua que te tira _pa’trás_, o hace un calor infernal. O ambas cosas juntas, que son muchos días y puede pasar de todo.
De esta guisa está ahora el paisaje por mi ventana, aunque en la foto no se nota casi está cayendo un agua que ni los gallegos oiga:
Al menos, espero que no pase como el FIB del ¿97? Cuando se cayó el escenario y nos quedamos con un día menos de concierto. Menuda odisea, recuerdo estar desmontando la tienda con todo el _camping_ (por llamarlo de alguna manera) del Bancaja embarrado, un vendaval de cuidado, las telas (y los soportes) que habían puesto para hacer sombra moviéndose y amenazando por salir volando, y todo mojado que daba gusto.
Suerte que aquí uno ha ido mucho por la montaña, monta las tiendas con cuidado, y casi todo lo que teníamos dentro estaba seco. Que por allí te veías a la mayoría con todo el interior de las tiendas mojado, cuando no estaban volando por no haber puesto bien las piquetas (¡si ponían!).
Momento FIB’97: Yo sacando cosas de la tienda y pasándoselas a mi novia para meterlo en el coche. Se nos acerca un bombero equipado de pies a cabeza como si estuviera en un incendio:
- Oye, ¿sabéis que aquí estáis en peligro?
- ¿¿Siii?? ¿No jodas?